¿Qué es una Domus ecclesiae?

Domus ecclesiae es una expresión latina que significa Casa de la Iglesia.  Se refiere a las casas privadas que los cristianos primitivos donaron a las primeras comunidades, las cuales adaptaron su interior a las necesidades del culto.

Son los vestigios de lo que más adelante llegarán a ser nuestras parroquias actuales. San Pablo menciona en la carta a los Romanos 16, 3-5 la existencia de la casa privada de un matrimonio cristiano que se utiliza como iglesia:

“Saluden a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús. Ellos arriesgaron su vida para salvarme, y no sólo yo, sino también todas las Iglesias de origen pagano, tienen con ellos una deuda de gratitud. Saluden, igualmente, a la Iglesia que se reúne en su casa.”

 

El mismo San Pablo menciona en Hechos 28, 30-31 :

“Pablo estuvo dos años en una casa alquilada; allí recibía a todos los que iban a verlo, predicando el reino de Dios y enseñando las cosas referentes al Señor Jesucristo con toda libertad y sin obstáculo alguno.”

 

Otro testimonio es el del Padre de la Iglesia Justino (100/165), quien en varios de sus textos menciona que los cristianos se reúnen en sus casas para celebrar los Misterios. Las domus ecclesiae podían recibir también el nombre de titulusy solían ser las típicas viviendas romanas de dos plantas en las cuales, por medio de nuevos tabiques, se construían las salas necesarias para el buen desarrollo del acto eucarístico, bautizos, ágapes…

 

Como es lógico, a medida que se fue desarrollando la comunidad cristiana, también se fueron modificando las domus ecclesiae para adaptarse mejor al uso que los primeros cristianos hacían de ellas, incluyendo espacios específicos para cada una de las actividades que realizaban. Además de las salas que ya hemos mencionado, van apareciendo otras dedicadas a la formación doctrinal, tanto a los ya bautizados (fieles) como a los catecúmenos, salas de tipo administrativo o incluso se les añade una sala que sirve de modesta vivienda al presbítero a cargo de la domus ecclesiae.

 

Evidentemente la sala más importante de todas las de una domus ecclesiae es la destinada a la celebración de la Eucarístia. Era la de mayor tamaño y se dividía en dos partes a través de un arco o puerta. En la primera estancia se reunían los fieles y los catecúmenos hasta que, durante la celebración Eucarística, fuera a dar comienzo la Consagración. En este momento los catecúmenos debían retirarse a la segunda estancia junto con los demás oyentes que todavía no formaban parte de la comunidad de fieles, mientras se realizaba una oración especial dedicada a ellos, pues tenían vedado ver como se realizaba la Consagración.

 

Era habitual que las domus ecclesiae o titulus llevaran por nombre el del propietario original de la vivienda. Estos nombres se han ido manteniendo a pesar de nuevas construcciones de templos posteriores en el mismo lugar. Un claro ejemplo lo tenemos en la titulus Clementis, la cual originariamente pertenecía a un tal Clemens, que con el tiempo se convirtió en iglesia de Clementis, y que en la actualidad se conoce como la Basílica de San Clemente de Letrán. En una época posterior solamente los mártires y, más adelante, los santos podrán dar su nombre a un templo católico.

 

En torno a la mitad del siglo II y mediados del III, las domus ecclesiae se habían convertido en las principales estructuras del cristianismo en Roma, Dura Europos, Antioquia, Capharnaum, Parentium, Mediolanum, Aquileia y otras ciudades de Hispania. Este hecho está avalado por una gran cantidad de datos escritos así como por excavaciones arqueológicas. Paulatinamente la religión cristiana fue aceptada dentro del Imperio romano, hasta llegar a convertirse en la religión oficial. Fruto de esa aceptación social, durante este nuevo período las domus ecclesiae fueron poco a poco dejando paso al uso de basílicas, grandes edificios de origen pagano, que fueron adaptadas para el culto cristiano.

 

Fuente:http://www.primeroscristianos.com/una-domus-ecclesiae-primeras-comunidades-cristianas/

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